lunes, marzo 26, 2007


El embajador de Francia en Madrid Olivier Schrameck hace entrega las insignias de oficial de la Legión de Honor a Jesús de Polanco, Presidente del grupo multimedia PRISA. Madrid. 11.11.2004


Polanco en su juventud, no crean que ha cambiado.

POLANCO COMO SÍNTOMA

Que un supuesto empresario se permita salir a insultar a su potencial clientela, es sintomático de la gravedad de la situación. Pero es altamente expresivo.

Debe ser un caso único en la historia de las democracias modernas. No me imagino al presidente de una gran empresa, léase banco, constructora o compañía de seguros o de servicios, insultando a sus potenciales clientes. En una empresa, cuyo negocio consiste en la venta de contenidos culturales o ideológicos. Pero más allá de constatar esa anomalía en una sociedad de libre mercado, lo que demuestra esa conducta es que ese supuesto empresario no vive en el mercado, puesto que en condiciones normales, una estrategia como esa podría representar la quiebra de la empresa. O sea, que sólo puede interpretarse como una declaración explícita de que su negocio nada tiene que ver con una sociedad de libre mercado.

No es cuestión de plantear aquí lo que debiera ser objeto de análisis históricos que van más allá de un comentario puntual. El negocio de Polanco nada tiene que ver con el mercado. Ni tuvo que ver durante el franquismo con los libros de texto, ni en la transición con la creación del diario EL PAÍS, ni a la instauración del régimen constitucional. La expansión de su negocio tiene que ver con lo que hemos denominado aquí mismo, la privatización del aparato del Estado, que comienza con la concesión de un canal codificado de televisión privada, en una ley que califica a la televisión como un servicio público (ya entonces contra el criterio de la abogacía del Estado y contra el sentido común). O con conductas como la compra de la primera cadena de radio de España (Antena 3 de radio) para cerrarla y quedarse con las emisoras, pasados unos meses.

Esa es la historia del grupo PRISA. La de un grupo empresarial, no tanto al margen del Estado de Derecho, como un poder fáctico que convierte al partido histórico de la izquierda española en su grupo de masas y que, en los largos años de corrupción felipista, privatizó el aparato de Estado y lo puso a su servicio.

La especial configuración del Estado de las Autonomías, le permitió sobrevivir en los territorios controlados por su grupo de masas en los ocho años de gobierno de Aznar, y especialmente a la sangría que le supuso la competencia de la creación de una plataforma de televisión digital, alternativa que el PP intentó consolidar con el dinero de Telefónica.

El grupo PRISA tiene tantos empleados (y no sólo periodistas) que necesita del presupuesto del Estado para poder mantenerlos a todos. Así, el trasvase de sus empleados entre la nómina de PRISA y el presupuesto del Estado es permanente. Es práctica habitual desde los ya lejanos tiempos del felipismo, que los periodistas y empleados de PRISA pasen a los ministerios e instituciones públicas, como jefes de prensa o como portavoces, para aligerar la carga salarial del grupo. Los casos más recientes son los de Luis Fernández en RTVE o de Alex Grijelmo en la agencia estatal EFE. Se pueden poner miles de casos como esos. Basta con decir, como señalaba un buen amigo, que si esa es la situación en la parte alta de la pirámide (que es la parte visible, de cristal) qué no será en la parte baja de la pirámide, que permanece oculta. En las próximas elecciones municipales, algunos de los candidatos, y no a puestos de relleno en las listas, sino a alcaldías, son directamente periodistas de la Cadena SER. Murcia, por poner un caso.

El mayor de los errores cometido por el Gobierno de Aznar, es la fusión digital. Hasta entonces PRISA estuvo ocupada en esa guerra, tratando de minimizar el enorme coste económico que le suponía el tener que competir en el mercado. Cuando se produjo la absorción de vía digital por Canal Satélite (mayo de 2002, si mal no recuerdo) PRISA quedó con las manos libres para lanzar el contraataque. Bastaron un par de desgracias, los accidentes del Prestige y del Yak en Turquía para que PRISA lanzara el ataque definitivo. Por si faltara algo, la desastrosa política informativa y, sobre todo, pedagógica, del Gobierno Aznar en relación con la participación española en la guerra de Irak, produjo el resto.

Y qué tiene que ver todo esto con el 11 de marzo de 2004. Nada. Esto es el 12 y 13 de marzo de 2004. Sólo nos queda por saber si también con el 11 de marzo.

Ellos saben que el golpe mediático del 13 de marzo es suyo. No pueden dar marcha atrás. Tienen que frenar cualquier intento de investigación, cualquier intento de conocer la verdad sobre el 11 de marzo, porque saben que la verdad se los llevará por delante.

Para quién trabajaba Rafael Vera en su centro operativo desde la mañana del 11 de marzo. Es cierto que pasaba la información a Rubalcaba para que este la transformara en metralla informativa y ser difundida por la cadena SER. A través de Antonio García Ferreras. Y Daniel Anido, qué sabe Daniel Anido de todo esto.

Eso en los momentos críticos. Pero después, cuando se han cumplido ya tres años del atentado, se puede decir abiertamente que la instrucción judicial es obra de PRISA. Y de su aparato privado de seguridad en el Estado.

Repito por enésima vez que la fórmula “célula local influenciada por AQ” es de PRISA. Se la colocó Yoldi al incalificable instructor del 6. Y todo el encubrimiento mediático posterior es obra de PRISA. Los demás sólo siguen las consignas de PRISA. No hay nada más enfrente.

Reproduzco para terminar un artículo publicado en el diario EL MUNDO, el 10 de mayo de 2002. El autor es evidente. El título lo dice todo.

“Muñeco del Plus”

"La guerra mediática de los ocho años, atroz, en la que no se hicieron prisioneros, acabó anteanoche con la destrucción, por abordaje, de las empalizadas mediáticas gubernamentales. Apenas Francisco Alvárez Cascos, que dirigió las fuerzas en los primeros choques, vaticinó un fracaso de la fusión parecido al de Iberdrola y Endesa. José María Aznar, que llegó a La Moncloa dos veces sin pasar por la SER y sin dejarse entrevistar por El País, no ha puesto el veto a la absorción de vía Digital por Sogecable. Le han convencido sus delfines de que el monopolio de la televisión de pago es una oferta de entretenimiento, de cine y de fútbol sin incidencia en la industria de la ideología, de la conciencia y de la información. Ha sido Rodrigo Rato el que ha comprado futuro en esta operación incomprensible. ¿Para qué coj.nes Telefónica perdía al año 60.000 millones de pesetas en una plataforma ruinosa?. Después de que Polanco haya resistido más que el Gobierno a la estrategia del aniquilamiento, le dejan el pan y el circo, las palomitas de maíz, el gol y los muñecos. Pero si Aznar aspirase nuevamente a la Presidencia o fuera novelista, director de cine, juez o secretario general del PSOE, hubiera sido menos condescendiente en el intercambio de daños y de defensa de la competencia.

El nuevo mapa mediático tendrá repercusiones en la alternativa al gobierno del PP. ¿Qué va a ser del muñeco de José Luis Rodríguez Zapatero en Canal Plus después del armisticio?. Si Jesús del Gran Poder e Isidoro de Sevilla decidieran su borrelización, el actual secretario general del PSOE no llegaría a las municipales, su reválida (...).

Así que si Zapatero quiere conservar su muñeco en Canal Plus, debe dejar de leer EL MUNDO e interrumpir la desfelipización.”

erskine, peon negro

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